Aquí hace falta un poco de aire
Un experimento propuesto por nuestra presidenta. Prepararnos para el calor con los nuevos abanicos de este verano, que por supuesto llevarán nuestros dibujos. . A por ello.
La materia prima
Un abanico de tela blanca y otro de repuesto (medida de seguridad básica para principiantes), un rotulador negro Posca (sí, Posca, has leído bien) y uno dorado.
Eso es todo.
Empieza la aventura.
La fábrica de abanicos
El proceso
No es lo mismo dibujar sobre la tela que en la cartulina, no puedes apretar porque se emborrona, el trazo tiene que ser más rápido y requiere más valor del habitual porque no hay arreglo posible. Esta vez la sombra no vendrá en nuestro auxilio, solo tendremos ayuda del rotulador dorado para corregir los fallos. Si el rotulador negro descansa más de treinta segundos, la tinta deja de salir y hay que refrescarlo.
Tangleando al límite, vamos.
El resultado
Mejor de lo esperado si tenemos. en cuenta los riesgos. Y el aire producido, perfecto, con aroma a tangle.
Misión cumplida.
Tu vida cambia radicalmente cuando tu gratitud es más grande que la queja.
Claudio María Dominguez
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